La pintora Sylvia Gutiérrez Bonometti dedica esta exposición a su madre, con quien vivió su niñez en el campo, del cual surgen las imágenes que motivan su pintura. Las actividades propias de la vida rural forman parte de los mejores recuerdos de su infancia. Los paseos a caballo, recoger fruta y flores, baños en el río, vacaciones interminables con la familia y los primos. De esos recuerdos extrae los bodegones, las frutas y hortalizas, los animales domésticos y los caballos que están presente en su obra. Sus cuadros destacan por su variedad de colores y el realismo de sus trazos, así como un aire de nostalgia por una época que revive en cada uno de ellos.