Diseño en alerta
Hoy, los desastres, su gestión y la reducción del impacto que estos representan son un desafío mundial. Sus efectos pueden implicar desde pérdidas millonarias hasta la paralización completa de un país durante largos períodos, llevándolo incluso a la crisis económica y al estancamiento de su crecimiento.
Nuestro país se ubica en el lugar 26 del Índice Mundial de Riesgo, entre los 171 países evaluados por la Universidad de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana. Y si bien estamos acostumbrados a sobrellevar diversos tipos de catástrofes naturales y medioambientales, cabe preguntarse si los chilenos comprendemos realmente lo que esto significa para el desarrollo humano y económico del país.
El promedio de 19 sismos que, con mayor o menor intensidad, mueven diariamente nuestro territorio, nos hace vivir en un estado de alerta permanente. Lamentablemente esto no supone comprender que los desastres se insertan en ciclos de riesgo que trascienden al evento mismo. Estos ciclos contemplan la prevención, la recuperación y la respuesta frente a los sucesos, sean estos de origen natural -como terremotos, tsunamis , incendios, erupciones volcánicas, aluviones, inundaciones y sequías-, o estar asociados a la intervención humana -contaminación, accidentes industriales y tecnológicos, mal manejo de recursos y desechos, errores y abusos de la gestión pública o privada, epidemias, entre muchos otros-.
En 2005, durante la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres realizada en Kobe, Hyogo, Japón, varias naciones, incluido Chile, se propusieron un plazo de diez años para hacer frente a estos retos y redoblar los esfuerzos que permitan dotar a las comunidades y a los países de la capacidad necesaria para controlar el riesgo y reducirlo.
El diseño es una actividad que busca dar respuestas creativas a problemas y desafíos del entorno social, económico, cultural y ambiental, lo que lo instala como un socio clave para las organizaciones públicas y privadas que tienen la misión de concretar los propósitos de la Conferencia de Kobe. Si bien en nuestro país tenemos organizaciones capacitadas para actuar en casos de emergencia, siempre es posible mejorar los procesos. En esto, la innovación y el diseño deben tener un rol fundamental.
Por eso hemos decidido dedicar esta sexta versión de la bienal a esta temática, denominándola «Diseño en Alerta». Nuestro propósito es contribuir, a través de proyectos e ideas innovadoras y creativas, a la solución de problemas concretos en materia de emergencia. Queremos que el diseño desempeñe un rol decisivo en la articulación de la alerta, antes, durante y después del desastre, contribuyendo a prevenir, mitigar y limitar el impacto de estos episodios.
Siendo la Bienal una instancia de alcance internacional, que congrega a más de 250 creativos chilenos en torno a una misma temática, es una oportunidad sin precedentes para aportar soluciones concretas, innovadoras y escalables.
Para esta versión 2016, hemos invitado a diseñadores y alumnos a soñar con propuestas que puedan impactar positivamente en la protección de vidas, bienes y medio ambiente, convirtiendo a Chile en un referente mundial del tema. Estamos seguros de que la experiencia de esta Bienal no solo tendrá impacto a nivel nacional, sino que trascenderá fronteras, brindando soluciones a países de África y de la costa del Pacífico, que también aparecen dentro del grupo de los que corren más riesgos: como Indonesia, Filipinas, Japón, Taiwán Vanuatu, Tonga, Guatemala y Bangladesh, entre otros.
Será también una instancia para que nos congreguemos como país en torno a un tema que por lo general es tratado a posteriori, como respuesta a un acontecimiento y no con una mirada estratégica de futuro.
Esperamos que esta Bienal contribuya con esa mirada hacia el futuro y nos pongan como sociedad en alerta.