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UDD en la Prensa

Lecciones en Israel

 Daniel Contesse Strauss
Daniel Contesse Strauss Vicerrector de Innovación y Desarrollo

Waze, una de las aplicaciones más exitosas, fue creada en Israel, la famosa “Start-Up Nation”. Pero ¿por qué Waze nace en un país de apenas 8 millones de habitantes, que tiene solo 70 años de existencia y con complejos problemas internos y externos?
Tuve el privilegio de visitar importantes partes del ecosistema de innovación de Israel. Una de sus características más interesantes es el grado de conexión entre el desarrollo científico-tecnológico, la innovación y el emprendimiento.
Quiero mencionar cuatro aspectos de Israel que me parecen destacables y que deberían inspirar la evolución de nuestro ecosistema local. Primero, la mirada global: los israelíes entienden muy bien que son un país pequeño y que su única forma de progresar es con una integración al mundo. Tienen una clara mirada en los problemas y soluciones con valor global. Los científicos no trabajan aislados, se integran activamente al mundo, colaboran al más alto nivel. Los emprendedores no piensan en negocios locales.
Segundo, ciencia con propósito: parte importante de la ciencia que se produce en las universidades, se genera con un claro propósito. El desarrollo científico se hace con una perspectiva de solución y de creación de valor. La cultura y el ecosistema de innovación se ha desarrollado de tal forma que todos entienden la importancia de una ciencia que ofrezca soluciones concretas a los problemas de la industria y la sociedad. Es así que las universidades y las empresas tienen un alto grado de sensibilidad sobre las oportunidades de creación de valor cuando trabajan juntos y es así que es visible el grado de integración y colaboración industria-universidad que tanto echamos de menos en Chile.
Tercero, interdisciplina: la complejidad de muchos de los problemas que enfrenta el mundo exige un enfoque interdisciplinario. Esto requiere romper paradigmas, sobre todo a nivel de universidades, que están diseñadas en una lógica totalmente disciplinar. Es muy interesante ver cómo la Universidad Hebrea, por ejemplo, ha avanzado en definir ámbitos de acción y en generar las condiciones que favorecen la colaboración interdisciplinaria.
Cuarto, propiedad intelectual: en Israel este tema está resuelto y es parte de la cultura científica y tecnológica del país. Las reglas son muy claras y están diseñadas de manera de favorecer el desarrollo tecnológico y la transferencia de conocimiento desde los centros universitarios al mundo productivo.
Estas cuatro ideas fuerza son pilares centrales y son ámbitos en que Chile tiene serias brechas, pero que son posibles de acortar si trabajamos con un foco claro en eso, tanto desde la universidad y la empresa, como desde el sector público.