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UDD en la Prensa

Mirando a China

 Daniel Contesse Strauss
Daniel Contesse Strauss Vicerrector de Innovación y Desarrollo

Reciéntemente se publicó el Índice Global de Innovación 2016, en el que Chile mantiene la posición de liderazgo en Latinoamérica, pero baja del lugar 42 a nivel mundial obtenido en 2015 al 44. Comparado con nuestros vecinos nos vemos bastante bien, pero hay mejores comparaciones. China acaba de entrar dentro del listado de 25 países más innovadores del mundo. Se trata de un ranking que lideran países como Suiza, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos, que mide alrededor de 82 indicadores y que muestra el progreso del gigante Chino. El país asiático pasó del lugar 29 al lugar 25 en un año. Más interesante aún es mirar el ranking 2009, en que China aparecía en el lugar 43 y Chile en el 42. Es decir, nosotros seguimos igual y los chinos avanzan rápidamente.
¿Cuál será la receta del éxito de China? La respuesta es compleja y este avance se explica por varios factores. Uno de ellos es sin duda el avance en su modelo de educación superior. ¿Qué ha hecho en este ámbito China en los últimos años? En simple, ha hecho cosas muy distintas a las que estamos pensando hacer en Chile. Se ha ampliado la oferta universitaria, se ha dado espacio para el surgimiento de proyectos privados, no se ha privilegiado un modelo de gratuidad (que no es bien visto para alumnos que pueden pagar), ha aumentado la oferta de becas para financiar a alumnos que tienen mérito, se ha aumentado la autonomía de las universidades y los gobiernos locales, se ha puesto énfasis en la eficiencia y la calidad, se ha enfocado el desarrollo del modelo en torno al mérito, y se han diversificado las fuentes de financiamiento para el sistema, entre otros. En síntesis, China ha establecido las condiciones legales y financieras para que exista más, mejor y más diversa oferta y por otro lado para que los mejores alumnos puedan acceder a ésta, puedan optar y puedan desarrollar todo su potencial. A pesar de que aún tienen grandes desafíos por delante, como la calidad, el sistema chino ha avanzado hacia un modelo moderno, acorde con las necesidades del siglo XXI y con una mirada práctica, con menos carga ideológica y centrado en lo importante: mejorar la oferta y el acceso.
Sabemos que la educación superior y la ciencia, la tecnología y la innovación son parte esencial de la respuesta a la pregunta sobre cómo Chile puede seguir desarrollándose y ofreciendo mejores condiciones y oportunidades a sus ciudadanos. Sabemos también que estos temas están íntimamente ligados y que hacer las cosas mal en uno afectan directamente al otro. En medio de la discusión sobre educación superior, deberíamos mirar a China y seguir su conocido refrán que dice que no importa el color del gato, lo importante es que cace ratones. Si China, un país con una fuerte tradición ideológica comunista, ha sido capaz de poner por sobre la ideología la mirada práctica, con foco en lo relevante y dejando de lado miradas antiguas e inconducentes, podemos pensar que aún tenemos la oportunidad de enmendar el rumbo, aprender del pasado y retomar una conversación racional y de futuro, despegándonos de preconcepciones, prejuicios, paradigmas y posiciones atrincheradas en ideologías pasadas de moda que tanto daño han hecho a Chile y a otros países.