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¿Son jóvenes o viejas las empresas en Chile?

Un estudio realizado por el director del Centro de Emprendimiento de la UDD, Patricio Cortés reveló por qué las empresas emergentes no logran consolidarse

Una radiografía sobre los obstáculos que tienen las empresas emergentes en Chile para consolidarse fue el resultado de una investigación que realizó el director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la UDD, Patricio Cortés.
 
En su estudio consideró a las 100 mayores empresas chilenas y a las 100 mayores del resto del mundo por capitalización bursátil. El economista constató que las compañías chilenas son más jóvenes que las del resto del mundo, pues las locales tienen en promedio 60 años contra 116 de las extranjeras. El problema, sin embargo, es que de todas las que se han creado en los últimos 10 años, ninguna se ha abierto a la bolsa.
 
El profesor de la UDD explica que este comportamiento responde a una regulación inadecuada que no favorece el capital de riesgo y sólo pone trabas a la creación de nuevas empresas, pues existen compañías que tienen el tamaño necesario para abrirse al mercado bursátil.
 
En promedio –sostiene- las empresas chilenas se demoran 40 años en abrirse por dos motivos: falta de dinamismo de las propias empresas para que su crecimiento haya requerido acceso a capitales a través de la bolsa y por las complejas regulaciones que prefieren esperar lo que más puedan antes de dar el paso. Lo anterior es particularmente agudo en el caso de las empresas emergentes.
 
El origen de las mayores empresas chilenos es diverso. Algunas fueron siempre privadas –como Copec, CGE y Falabella-. Otras nacieron al seno del Estado como CAP y Endesa y varias han cambiado de mano varias veces como Chilectra y Telefónica.
 
Estos datos no permiten albergar un panorama muy alentador para el futuro. Cortés señala que para sustentar la tasa de crecimiento de Chile se requiere que aparezca una nueva industria como la de los salmones cada 10 años. Y se pregunta si estamos haciendo algo en ese sentido.  La respuesta es que no.
 
El investigador constató que lo que si ha pasado es que las empresas más grandes se han vuelto todavía más grandes. La suma de la capitalización bursátil de las 10 empresas mayores compañías de la Bolsa de 1980 era de US$ 1.600 millones (expresada en dólares de hoy). Actualmente, las 10 empresas más grandes suman US$ 113.000 millones. Lo notable, según Cortés, es que ninguna  de las originales está hoy en la lista de las mayores. Sólo dos de las originales aún existen como empresas independientes. El resto fue absorbido por otras empresas o simplemente desapareció. Pero las nuevas no son nuevas. Tienen un promedio de 71 años de vida, con un promedio de 53 años en la bolsa.
 
La mayoría de los altos ejecutivos de las mayores empresas chilenas llegó a esas posiciones antes de los 30 años y por lo mismo, Cortés recalca que si no se les hace espacio a la nueva camada de jóvenes “brillantes” se notará en los próximos diez años cuando se estén acabando las ideas o las ganas de trabajar.
 
El investigador sostiene que los chilenos son igual de creativos y trabajadores que las personas de cualquier país y saben identificar oportunidades de alto potencial. Pero se necesita pensar en un mercado más grande. En este sentido destaca el caso de algunos emprendedores chilenos –como Jorge Nazer con Alto y Daniel Dacarett con Producto Protegido-  que han tenido una buena idea y han partido a buscar capital de riesgo en el exterior porque acá era imposible hacerlo. Otro ejemplo es Franktitude, la empresa que recibió el año pasado el premio a la compañía de mayor crecimiento y potencial de Estados Unidos, que fue creada por un chileno hace dos años en Miami: Arie Wurmann, MBA de Babson College. El producto es simple: un hot dog completo, pero gourmet ¿Por qué allá y no acá? Por la misma razón que algunas empresas chilenas se van ahora a Perú. Porque allá es más fácil, concluye el director ejecutivo del Centro de Emprendimiento de la UDD.