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Gonzalo Ruiz: “Viajar te abre la cabeza como un abrelatas”

El Alumni de Cine nos compartió su experiencia para #HistoriasUDD en la producción de los programas «Adiós Haití» e «Islas del Mundo» de Canal 13.

#HistoriasUDD

Gonzalo Ruiz (28 años) es alumni de Cine UDD y director de la productora de publicidad más importante de Chile, Alaska Films, donde dirige campañas comerciales.

Su vida se divide entre la productora y viajar por el mundo realizando series documentales y televisivas que muestren la realidad y humanidad de distintos lugares con el fin de generar una enseñanza a los televidentes.

Eso es lo que lo tiene ahora produciendo la serie “Adiós Haití” de Canal 13, que se emite los lunes a las 22:30 horas y, anteriormente, “Islas del Mundo” donde recorrió 20 islas desde Estados Unidos hasta Tierra del Fuego.

¿Existe algún episodio o momento determinante en tu vida que te haya convencido de estudiar cine?

La verdad es que nunca pensé que iba a estudiar cine. Venía de ingeniería comercial de una universidad tradicional y un día me di cuenta que no tenía nada que ver con eso y me hice la pregunta: ¿qué es lo que quiero hacer para toda la vida? y, claramente, no eran los negocios ni las finanzas.

Por otro lado, veía a mi hermano que es actor y está muy ligado con el mundo del cine, y a mí me gustaba todo eso. Había hecho un par de cortos en el colegio, sumado a que en mi familia se consume mucho arte. Toda mi ascendencia es de artistas que viven de eso y, por esto, siempre se habló de arte en mi casa. Entonces, viendo que toda la vida me ha gustado la música y la imagen, hay una disciplina que hace todo eso y es Cine.

De todos los trabajos realizados hasta ahora, ¿cuál es el que más te ha marcado como persona y por qué?

Desde que salí de la universidad, e incluso antes, he hecho varias cosas, entonces son diversas las cosas que me han marcado. Pero lo que más me ha “cambiado la cabeza”, y que no me voy a olvidar es de un profesor que tuve en la UDD, Juan de Dios Larraín, de Producción Ejecutiva, que en una clase nos dijo: “hay que recorrer el mundo para hacer películas, la sala de clases no lo es todo”. Y acorde a esto, lo que más me ha marcado es la producción que estamos realizando ahora que se llama “Adiós Haití” de Canal 13. Particularmente, por conocer una realidad tan distinta, una sociedad tan pobre, ver una crudeza generalizada, y me activó el motor mental de seguir realizando este tipo de cosas.

Otro proyecto que me marcó fue “Islas del Mundo”, donde recorrimos 20 islas de todo el continente americano, desde Estados Unidos hasta Tierra del Fuego. Ahí conocimos distintas realidades y cómo es la vida de las personas que deciden vivir en las zonas insulares. Son personas muy distintas porque el límite que tienen ellos es el mar y todo lo que pasa se reduce a la isla, muy distinto a la vida de las personas donde no hay límites en el continente. Y desde aquí hacemos programas humanos, no hacemos reportajes turísticos, sino que queremos mostrar la realidad cómo es.

¿Te los imaginabas antes de ir?

Te lo cuentan y uno lee e investiga. El trabajo previo a la realización de un reportaje es indagar acerca del lugar para tener un conocimiento precursor pero, una vez estando allá, es una realidad totalmente distinta a la que uno se puede imaginar. Vi niños que morían de hambre, niños que los botan en los ríos porque las mamás no tienen los recursos para cuidarlos, vi mucha pobreza y necesidad.

¿Hay alguna persona que haya marcado algún viaje?

Generalmente, los que más te marcan son los niños. Hay una inocencia genuina en ellos y cuando se viaja a lugares más aislados, a tribus o zonas con más necesidad, se ve y se siente su espontaneidad e ingenuidad.

Nancy, por ejemplo, es una niña de tres años que conocimos filmando en la mitad del altiplano en una isla que se llama Aquiles. Después de casi veinte días grabando, y justo en el día que nos íbamos, bajando los escalones apareció ella en muy malas condiciones, su pelo estaba sucio y muy largo, se notaba que nunca se lo habían cortado y que estaba enferma.

No pudimos irnos y tratamos de ayudar con los recursos que teníamos ahí, la bañamos, la limpiamos y apareció su mamá, indígena de la misma tribu, a la cual decidimos preguntarle si podíamos cortarle el pelo y ella estuvo de acuerdo. Luego de eso y de bañarla, apareció nuestro guía quien nos explicó que en esta cultura cuando alguien le corta el pelo por primera vez a un niño, queda oficialmente como padrino o madrina, lo que nos sorprendió mucho. Desde ahí quedamos encariñados y todos los años enviamos regalos para allá.

Yo creo dos cosas: primero, como decía un profesor de la UDD, Martín Rodríguez, “uno los viajes no los termina, uno los abandona” y, segundo, la vida tiene que continuar, duele pero uno sabe que así es esto.

¿Qué valores te gustaría enseñar en la sociedad chilena?

La gente dice que el mundo es malo, que es terrible y, la verdad, yo creo que es muy bueno y es mucho más de lo que vemos en la televisión, yo lo he visto. Los lugares que a veces tienen más necesidades son los más buenos. El hombre inherentemente es bueno. No creo en las teorías que dicen que el hombre es malo, sino que es la sociedad y distintas cosas que lo corrompen, pero siempre a las zonas que he ido he encontrado más cosas buenas que malas.

Lo que rescato, no sólo para Chile, sino para el mundo entero es “la vida simple y el pensamiento elevado”, y aunque sea un cliché, se dice por algo y tiene mucha razón: “viajar te abre la cabeza como un abre lata”, porque te permite ver y aprender qué es lo que está haciendo el pueblo hermano. Es por eso que uno no necesita de tantas cosas para ser feliz y lo importante no son los objetos sino que los afectos y cultivar las emociones, el amor, la familia, las amistades. Todo el resto es secundario.

Contenido: Constanza del Río B., Coordinadora de Comunicaciones Alumni UDD.