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UDD en la Prensa

«Todos al Aula» también aprendiendo a convivir

 Jorge Varela
Jorge Varela Profesor Investigador, Facultad de Psicología

El plan del gobierno “Todos al Aula” contiene diferentes propuestas orientadas a mejorar el uso del tiempo en los colegios -el cual va en directa relación con la calidad del aprendizaje de nuestros estudiantes- y donde se señala la importancia de perfeccionar los procesos internos para administrar los conflictos dentro de los establecimientos y del desarrollo de planes de convivencia.
A mi juicio esto genera una oportunidad para promover planes y programas con miras a fortalecer el clima escolar, el cual va más allá del manejo de conflictos o situaciones graves de violencia. Según esto, y siguiendo las propuestas del National School Climate Center de Estados Unidos, hay cuatro grandes ejes de trabajo que se pueden fortalecer si queremos trabajar el clima escolar de forma integral.
El primero se relaciona con la seguridad, tanto física como emocional, en la vida en la escuela. El último estudio nacional de violencia realizado en Chile (2014) evidenció que cerca de un 20% de escolares señalan que no se sienten seguros en el colegio, y un 10% que evita pasar por determinados lugares del establecimiento. La seguridad es una sensación básica para pensar aprendizajes de calidad y el bienestar individual, por tanto, debe ser un componente de trabajo.
Una segunda dimensión se denomina enseñanza y aprendizaje la cual examina aspectos instruccionales y de gestión en relación con el clima. Un ejemplo de esto puede ser el uso de refuerzos y oportunidades de participación de nuestros estudiantes. En general, nuestros sistemas escolares se centran en ver la disciplina desde un marco sancionador. En cambio, estas propuestas enfatizan en pensar lo que sí esperamos de nuestros alumnos (perfil de alumno) enfatizando su enseñanza. Otro ejemplo de esta dimensión es la enseñanza de habilidades socioemocionales como un factor clave para aprender a convivir con otros. De hecho, las recientes evaluaciones de efectividad de programas sobre el acoso escolar relevan la necesidad de incorporar este componente en la formación. Por lo mismo, hoy nos falta fortalecer más la incorporación de estos temas, en particular con nuestro cuerpo docente. En la misma encuesta nacional antes citada un 65.8% de los profesores del país reconoce nunca haber recibido capacitación en temas de prevención de conductas de violencia, lo cual muestra una necesidad sobre el tema en el país.
Un tercer eje destaca la importancia de las relaciones interpersonales en el contexto escolar, tanto entre estudiantes como docentes. Es decir, la importancia del respeto por la diversidad en niños, niñas y adolescentes. Esto es particularmente importante porque un 17.5% de los estudiantes en Chile señalaron que fueron víctima de alguna agresión por alguna característica personal durante el 2016 tales como color de piel, religión y orientación sexual. Por su parte, cerca de un 20% de los docentes señalan ir al colegio algo, poco o nada contentos a trabajar. De acuerdo a esto, es importante fortalecer la calidad de las relaciones interpersonales, basadas en el respeto y que promuevan el bienestar y la pertenencia.
Junto a lo anterior, una brecha importante para los colegios son todas las nuevas plataformas virtuales que usan los adolescentes. Los datos nacionales nos muestran que estudiantes han sido víctima de estas agresiones (un 14.1% durante el 2016), y que habitualmente también forman parte de otras dinámicas en la vida en el colegio. En este sentido, si bien la escuela tiene varias limitaciones para intervenir virtualmente, si lo puede hacer desde la sala de clases, sus reglamentos escolares, y un intenso y significativo trabajo con la familia.
Un último eje releva el espacio físico, la infraestructura de los colegios y la forma en que supervisamos estos espacios. Junto con evidenciar un área menos reconocida en las discusiones sobre convivencia escolar, resulta muy importante porque consistentemente las encuestas han mostrado que aquellos lugares donde se producen los hechos de violencia son aquellos que cuentan con menos supervisión. Por eso, es importante estar presente como educadores(as) en todas esas áreas comunes, como los patios y pasillos, especialmente durante el recreo. De la misma forma, estas instancias pueden ofrecer la oportunidad de interactuar también con los alumnos fuera de la sala de clases.
A futuro nuestras escuelas tienen un importante desafío para promover un mejor clima escolar. Desde el primer hecho público del suicidio de una adolescente en Chile, en Iquique el año 2006, hemos tenido importantes avances. Hoy nos toca entonces, seguir fortaleciendo la escuela como un espacio seguro donde todos tienen cabida, son respetados y se siente parte. El clima es algo cotidiano, que va más allá de un sub sector determinado o una fecha de celebración anual. Por el contrario, se determina según la forma en que nos relacionamos todos los días entre los miembros del sistema escolar.