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Foro “El Valor de las Fuentes Confiables en Periodismo”

Tres destacados periodistas reflexionaron sobre la relación que se debe deben tener con las fuentes, a propósito de los casos de Pablo Oporto y las entrevistas falsas en La Tercera. 

En los últimos meses, el caso de Pablo Oporto, el “justiciero” -así fue presentado en TV- que inventó haber asesinado a 12 delincuentes, y las entrevistas falseadas por una colaboradora internacional del diario La Tercera, pusieron en alerta al periodismo chileno acerca de los mecanismos que se están utilizando a la hora de corroborar la información que se publica.

Para analizar esta situación, la carrera de Periodismo de la Universidad del Desarrollo organizó el Foro “El valor de las fuentes confiables”, el cual contó con la presencia de periodistas de investigación de diferentes medios: Paula Escobar (editora de Revistas de El Mercurio), Paulina de Allende-Salazar (periodista de Informe Especial) y Sergio Jara (periodista de la Unidad de Investigación de Radio Biobío) y fue moderado por la directora de Periodismo, Karim Gálvez.

Paula Escobar estuvo detrás de la pauta que terminó en un reportaje, escrito por Rodrigo Fluxá en Revista Sábado, y que desenmascaró la mentira de Pablo Oporto. El hombre había encarado a Beatriz Sánchez en un programa de CHV, al que fue invitado tras un sinnúmero de artículos de prensa que respaldaban su historia: haber asesinado a 12 delincuentes. Una gran mentira.

“Lo planteé, no porque sospechara de que su historia fuera falsa sino porque me llamó la atención saber cómo vive alguien con 12 muertos encima, su remordimiento, el miedo a los parientes. En la pauta me nombraron que esa nota salió en La Tercera, pero siempre pensamos que la gente miente o agranda sus historias. La información de acceso público siempre la chequeamos, como las causas judiciales. El problema es que si ya salió en un medio, muchos dan por hecho que ya lo chequearon. Cuando Rodrigo me dijo ‘este tipo no ha matado a nadie’, nos dimos cuenta que el tipo había mentido y nadie lo verificó”, recuerda.

 

Sobre el caso de la colaboradora de La Tercera, Sergio Jara concluyó que hay un error gigante desde el punto de vista de la metodología periodística: “Un editor tiene que leer al menos cuatro entrevistas previas de otros medios para ver por dónde profundizar, si lo hubieran hecho se habrían dado cuenta que las entrevistas estaban falseadas. En el caso de Oporto, era sospechoso que nadie lo hubiese ido a matar por eliminar a 12 personas. Bien por la revista y mal por el resto”.

Jara reparó en otros engaños, como el de Rafael Garay. “Esto no es nuevo, antes de Garay estaba Parisi y antes de Parisi, estaba Francisco Montaner, que hacía un programa llamado ‘Sáquele partido a su dinero’. Terminó preso por estafa. Me junté con él y me hablaba de inversionistas chinos, lo que era parte de su estrategia para posicionarse en los medios pero lo que hacía eran estafas piramidales”, agregó.

Paulina de Allende-Salazar, por su parte,  comentó que los mitómanos existen y están en todas partes. “Eso, seguro se nos van a pasar, pero hay que desarrollar el músculo que nos saque de la ingenuidad, porque espero que no sea flojera. En el caso de Nabila Rifo, la prensa hizo un copy-paste de lo que decía el fiscal y su visión de no entrar en la intimidad. Nos compramos estrategias comunicacionales de otros y eso no nos puede pasar”, dijo.

Para los periodistas es una buena noticia que se haya masificado el acceso a redes y se puedan conocer estos errores. Todos coincidieron en que el periodismo no se puede hacer a medias y que debe haber mucho trabajo detrás, porque hay una responsabilidad importante. “Un mal trabajo periodístico le puede destruir la vida a alguien”, dijo Paula Escobar.

Paulina de Allende-Salazar, quien siguió el caso Karadima, sostuvo que lo primero que debe hacer un periodista es estudiar y volverse experto en el tema. “Yo dudé de Juan Carlos Cruz, a pesar de conocerlo desde la universidad. Hablé con muchos jóvenes que habían conocido a Karadima y hasta que no llegué a la convicción de que habían sido abusados, no me casé con el tema. Estudiar es leer, ir a la calle, preguntarle a la vecina, entender que ese barrio tiene un olor, códigos”, sostuvo.