La carrera de Cine de la Universidad del Desarrollo organizó una Master Class abierta a toda la comunidad, junto a Maite Alberdi, directora de la película el «Agente Topo», la cual estuvo nominada en la categoría de «mejor documental largo» en los premios Oscar 2021.

Andrés Waissbluth, director de la carrera, abrió el conversatorio destacando que “esta actividad se encuentra enmarcada dentro de la celebración de los 15 años de Cine UDD, y significa un orgullo contar con la participación de Maite”. Mientras que el prorrector Ernesto Silva, aseguró que “instancias como esta son muy importantes, porque permiten conversar y reflexionar sobre los temas sociales que tienen poca visibilidad y se muestran en la película”.

Alberdi aseveró que la película fue posible de crear gracias a las alianzas con Chiledoc y Cinema Chile, organizaciones que trabajan promoviendo el documental chileno y fortaleciendo su comercialización, dentro y fuera del país. “Hace quince años el posicionamiento del cine chileno en el extranjero era impensado. ‘El agente topo’ es el resultado de eso y de todas mis películas anteriores, porque a pesar de ser una idea que tenía hace muchos años, jamás podría haber sido una ópera prima. Se necesitaba una carrera atrás para lograr financiarla y dar la seguridad de que sí se podía hacer», manifestó.

La cineasta aseguró que, inicialmente, la película se trataba de un thriller detectivesco que terminó teniendo un carácter emotivo y social, por la calidad de historias reflejadas en la grabación. «No era una película sobre los hogares, sino sobre el mundo de los detectives privados. Con las redes sociales, los detectives ahora tienen más pega que antes, de hecho, al principio evalué filmar a los papás que contrataban detectives privados para espiar a sus hijos con “amigos topos”. Pero en un hogar de ancianos era el único lugar donde podría hacer un documental de observación sin que nadie se diera cuenta», agregó.

Finalmente, explicó cómo la figura del abandono toma un rol fundamental en el giro de la producción de la cinta. «Es algo que ocurre mucho y en el caso de Rubira, se visibiliza aún más, cuando sus hijos no la visitaban hace dos años y tampoco pagaban la mensualidad. Viktor Kossakovsky, que es un cineasta ruso que admiro, me dice “amo esa escena porque retrocedes y haces un plano general”, pero yo nunca pensé en eso, solo improvisamos y ahí estaba llorando igual que Rubira. Entonces la película no podía no tratarse de esa temática», concluyó Alberdi.