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Hugo Contreras, el profesor UDD que mantiene viva las raíces folclóricas tocando el guitarrón chileno 

Era principios del 2021 y aún existían cuarentenas por la pandemia de Covid-19. Fue en ese contexto de encierro que Hugo Contreras, profesor de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, motivado por su interés en el canto a lo poeta y la décima improvisada —poesía compuesta por estrofas de diez versos octosílabos—, comenzó a tocar guitarrón chileno, un instrumento similar a la guitarra, pero con 25 cuerdas. 

Contreras trabaja en la UDD desde 2011 y se dedica principalmente a dictar los cursos de Estadística y Evaluación de Programas Gubernamentales. En la época de confinamiento sanitario, el guitarrón le permitió reconectarse con lo que en ese momento consideraba esencial: la palabra, la reflexión y las raíces del folclore chileno. “No es un instrumento cualquiera, ya que no está hecho para un baile, sino que es para sostener el verso y que las palabras tengan espacio”, comenta mientras observa uno de sus guitarrones, y agrega “es demasiado precioso, ojalá todos lo conocieran y lo tuvieran”. 

Su pasión por este instrumento lo ha llevado a involucrarse en iniciativas patrimoniales, como la comisión que impulsa la postulación del canto a lo poeta como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO. En esta instancia, Hugo es uno de los 12 representantes que lidera la propuesta desde la Región Metropolitana. “Es una forma de organizarnos, primero a nivel regional para interceder y representar a la comunidad cultora. Es una especie de comisión que ayuda a uniformar la información”, explica. 

Sobre su proceso de aprendizaje para tocar el guitarrón, destaca la importancia de la constancia y la dedicación, ya que al principio enfrentó dificultades debido a que el tiempo era escaso y el instrumento, complejo. En este camino, recuerda con especial gratitud a su mentor, Alfonso Rubio. “No solo fue mi maestro, también es una de las figuras más relevantes en esta tradición. Gracias a él pude explorar las distintas formas de tocar, aprendiendo no solo la técnica, sino también su estructura y su relación con el canto a lo poeta”, destaca. 

El momento en que Hugo Contreras toca y canta versos junto a otros compañeros de instrumento se denomina «ruedas de canto», en esta instancia el guitarrón chileno cumple un rol central durante las vigilias de canto a lo divino. En estas ruedas, la dinámica permite un intercambio constante de estrofas, donde todos los presentes cantan y se acompañan mutuamente. Por lo general, estas ocurren en lugares como Pirque –capital del guitarrón- o en actividades que organizan municipalidades o centros culturales. 

Cabe destacar que su vínculo con la música chilena se remonta a la infancia. Sin embargo, fue en la adolescencia cuando su interés se profundizó, especialmente con el grupo Los Tres y su recordado Unplugged de MTV en 1995, donde reinterpretaron la cueca con un lenguaje contemporáneo. “Ellos fueron fundamentales. Eran jóvenes y tocaban cuecas. A través de su música profundicé en los Parra, quienes se convirtieron en una entrada a un universo cultural más amplio”. 

El profesor UDD confiesa que cuando toma el guitarrón entra en un estado casi místico. “Estoy como en un trance. Empiezo a tocarlo, cierro los ojos, ni siquiera estoy cantando. Lo hago sonar, saco melodías y puedo estar así durante horas”. Ese vínculo íntimo y emocional le permite abrir una puerta hacia lo más profundo de su sensibilidad musical y poética. “El guitarrón me ayudó a ordenar ideas escritas en versos que no sabía cómo expresar antes. Fue una forma de volver a lo esencial en un momento donde todo parecía estar en pausa”, concluye.