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Úrsula Tiselj, creadora de Biobombillas: «El emprendedor debe atreverse, jugársela y superar obstáculos»

Biobombillas, creado por la ingeniera comercial Úrsula Tiselj, se diferencia de su competencia por su bajo costo, su alta resistencia al líquido y por ser amigables con el medio ambiente (desechables y biodegradables).

Úrsula Tiselj, alumni de Ingeniería Comercial UDD, creó la empresa ‘Biobombillas’ en 2018 con el objetivo de sumarse a la campaña #chaobombillas, para crear un cambio esencial en el mundo y generar impacto social sobre la importancia de la sustentabilidad.

Biobombillas se caracterizan por ser desechables, biodegradables, resistentes y de bajo costo. “Buscamos una opción viable en costo, desechable y con un look bonito como bambú. Vimos varios proveedores, hicimos pruebas de resistencia en líquidos y llegamos al producto que comercializó”, señaló Úrsula, quien además aseguró que siempre se ha sentido comprometida con el medio ambiente.

“Siempre he tenido conciencia sustentable, en mi casa se recicla la basura y otras prácticas. Hace años que amo la naturaleza y sufro con todo el daño que le estamos haciendo a los seres vivos. En un mundo cada día más tecnológico, independiente y egoísta. Nos preocupamos de satisfacer nuestras necesidades, somos consumidores y poco conscientes. Cada día tenemos menos recursos naturales y hay algunos que sí queremos hacer un cambio”, dijo.

Actualmente, la alumni de Ingeniería Comercial vende sus productos a través de las redes sociales, correo electrónico, teléfono o por la plataforma Groupon, y sus principales clientes, contó, que son los restaurantes, bares y banqueteras. “Nuestros clientes actuales desean hacer un cambio por motivación propia. Cuando el proyecto sea ley aumentarán los pedidos, ya que será obligación no dar bombillas plásticas”, aseguró.

En cuanto a su experiencia emprendiendo, señaló que la Universidad del Desarrollo le entregó varias herramientas, sobre todo su carrera, Ingeniería Comercial, donde aprendió administración de negocios y habilidades blandas, como tolerancia a la frustración. “Amo el emprendimiento y aunque en mis peores momentos estuve a punto de emplearme, nací emprendedora y moriré siéndola. He seguido constantemente los cinco pilares fundamentales del emprendimieto: pasión, perseverancia, paciencia, plantearse metas y profesionalismo”, puntualizó.

Finalmente, incentivó a otros alumnos a emprender: “Quien tiene espíritu emprendedor debe atreverse, jugársela, superar obstáculos y levantarse en cada caída. Pocas personas que se emplean salen de su zona de confort para emprender, otros a la primera caída no lo intentan más. Es como las inversiones, a más riesgo, más se puede ganar ¡Cualquiera puede! Mi familia era humilde, vivíamos en una población en La Florida y todo ha sido resultado de esfuerzo. Así como yo pude, cualquiera puede. El emprendedor nace y se hace”.