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Ximena Aguilera

Asesora principal de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con sede en Washington D.C.; jefa de la División de Planificación Sanitaria del Ministerio de Salud en Chile; jefa Nacional de Epidemiología del mismo ministerio y consultora para diferentes organismos  internacionales -incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y  el Banco Mundial- son algunos de los tantos cargos que ha desempeñado durante su trayectoria profesional la Dra. Ximena Aguilera, directora del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo.

Médico Cirujano de profesión, la Dra. Aguilera es especialista en Salud Pública y magister en la misma área. Se ha dedicado desde siempre a la investigación aplicada. “Siempre me gustó la investigación, pero no la vida de laboratorio, la salud pública y la epidemiología me dieron la posibilidad de trabajar en investigación, pero conectado directamente con la comunidad, con la población (…) Todo mi trabajo, como servidora pública en el gobierno, o en agencias  internacionales y ahora en la academia, ha estado relacionado con la epidemiología aplicada  a resolver los problemas de salud y del sistema de salud en la población”, explica.

Sus primeros proyectos estuvieron relacionados con estudios poblacionales (encuestas) y la situación de la epidemiología en el sistema de salud. Posteriormente trabajó para el proyecto de reforma de salud financiado por el Banco Mundial a principios de los 90, en el rediseño del modelo asistencial y en la determinación de necesidades de atención de salud, con base al cual se financió la construcción de los hospitales Padre Hurtado, Luis Tisné y el nuevo Hospital San José; también participó en proyectos de reposición y rehabilitación de hospitales en ciudades como Santiago, Antofagasta y Puerto Montt y en proyectos de desarrollo institucional del Ministerio y de entidades autónomas.

En el año 1994 viajó a Washington donde realizó el programa de residencia en salud internacional de la OPS, y al regresar al país trabajó en el primer estudio de la carga de enfermedad en Chile, medida en DALY. Era un proyecto del Ministerio de Salud junto al Banco Mundial, con el apoyo de la Universidad de Harvard, en el que se definieron las prioridades de salud para Chile y que años más tarde sirvieron para implementar el Auge.

Durante sus años de trabajo en el Ministerio le correspondió trabajar en otros importantes proyectos como el diseño del AUGE durante la reforma de salud del 2005.  Paralelamente, “me tocó implementar todo el sistema de encuestas poblacionales en Chile: la Encuesta Nacional de Salud y la Encuesta de Calidad de Vida, que se hizo con el equipo que hoy está en la UDD”, cuenta orgullosa.

También estuvo a cargo de reformular la vigilancia epidemiológica de las enfermedades transmisibles y no transmisibles y la normalización de los registros poblacionales de cáncer -que hoy son reconocidos por la agencia internacional del cáncer de la OMS-.  Fue la representante chilena durante la negociación del Reglamento Sanitario Internacional 2005, del cual hoy forma parte del listado de expertos de OMS y fue la principal responsable del plan de preparación para la pandemia de influenza e influenza aviar.  Como funcionaria internacional en OPS fue responsable de coordinar la respuesta técnica de la región americana durante la pandemia de influenza H1N1 el 2009.

El año 2010 aterrizó en la Universidad del Desarrollo, donde ha liderado importantes estudios en el área de la salud poblacional.  Específicamente el centro se dedica a estudiar la situación de salud de la población, a evaluar el desempeño del sistema de salud, con enfoque en la equidad, y a evaluar las políticas de salud, contribuyendo a diseñar nuevas políticas y programas.  “Dos líneas de investigación bien potentes del Centro tienen que ver con la salud en las prisiones. Esta último es una población desatendida que no estaba siendo muy investigada. Hemos realizado investigaciones de tuberculosis y sífilis, con el objeto de apoyar a gendarmería con herramientas que les permitan mejorar la situación en los distintos recintos penitenciarios del país”, señala.

Otra área de estudio es la investigación en sistemas de salud -las desigualdades en la atención de salud, cobertura universal de salud-. En esta materia realizaron un estudio para la OMS, relacionado con la línea base de cobertura universal, que ha abarcado también el desempeño de Isapre y Fonasa.   También, a través de licitaciones, hemos colaborado con el Ministerio de Salud en la investigación de brotes, como el de enfermedad meningocóccica  y recientemente en el diseño del formulario para la nueva encuesta de salud infantil.

¿Cómo ve la investigación hoy en chile respecto a 10 años atrás?

Hay más interés en la línea de la investigación traslacional, por lo menos en la UDD, pero no sé cuánto pesa este tema en las autoridades que tienen que ver con la ciencia en Chile. Para nosotros la traslación termina cuando los resultados de la investigación llegan a la población, a las políticas de salud. El primer escollo para el desarrollo de la investigación es la baja cantidad de fondos que el estado dedica al tema, muy por debajo de otros países con similar o incluso inferior nivel de desarrollo económico.

¿Podría mejorar el tema de investigación con un Ministerio de Ciencias?

Podría…Dependerá de cuál sea el énfasis que le dé la persona que esté a cargo. Si se enfoca solo en el desarrollo de patentes, quizás no nos favorecería a los salubristas, pero si es alguien con una visión más abierta, podría ser… En todo caso, creo que es una oportunidad para impulsar la ciencia en el desarrollo nacional, pero no es garantizado…

¿Cómo ve el tema de la investigación aplicada para los próximos años?

En el área en la que nosotros trabajamos, se ve mayor movimiento, los profesionales jóvenes entienden cada vez más que las decisiones se tienen que basar en evidencia y eso debiera ayudar a tener mejores políticas públicas.   En el último tiempo, también ha existido más apoyo a la innovación, aspecto que está muy presente en la UDD.  Me parece que lo que falta es que exista una mayor presencia y permanencia técnica en las instituciones del estado, como ocurre en los países desarrollados, de manera de no depender tanto de los ciclos políticos. Eso garantiza una mejor articulación entre el desarrollo científico, la innovación, la investigación y su uso en políticas públicas. Esa articulación es muy difícil cuando no hay permanencia ni profesionalización de los cuadros técnicos en los ministerios y agencias de gobierno.

¿La investigación académica está en esa línea?

No siempre la investigación está al servicio de las necesidades urgentes de la población, y está bien que así sea, porque también tiene que haber un desarrollo del conocimiento, que a futuro permite avances concretos.  En la academia compiten los diferentes intereses científicos y esa competencia es demasiado dura cuando existen tan pocos fondos.  Un aspecto que falta es el involucramiento de otros actores y no solo la academia. Las empresas debieran invertir más en investigación aplicada y en innovación.  No dedicarse tanto a la venta y renta, sino también generar más valor agregado en lo que hacen… en Chile falta que el privado se ponga más, como sucede en otros países. En salud pública, por ejemplo, ¿qué han aportado las isapres a la investigación en salud?

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