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Seminario “El octubre chileno: reflexiones sobre democracia y libertad”

La tarde del 18 de octubre de 2019, a sólo 12 días de que se concretara el alza en la tarifa del metro, comenzaron una seguidilla de incidentes a lo largo de todo el país. Protestas, saqueos y disturbios provocaron que el Gobierno decretara Estado de Emergencia y toque de queda. Fue así que durante el mes se desarrollaron varias manifestaciones, entre ellas, la marcha más grande de Chile el 25 de octubre. El descontento social logró incluso que se llegara a un acuerdo político para votar en un plebiscito por la creación de una nueva Constitución.

Para hablar acerca de los antecedentes históricos, el origen y las interpretaciones de este fenómeno, la Facultad de Gobierno realizó de forma online, el Seminario “El octubre chileno: Reflexiones sobre democracia y libertad”. Los expositores en esta ocasión fueron Benjamín Ugalde, PhD en Filosofía de la Universidad de Chile y editor del libro que lleva el mismo nombre del conversatorio; Natalia González, abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile y directora de Asuntos Jurídicos y Legislativos de Libertad y Desarrollo; y José Garrido, Magíster en Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, investigador y docente de la Facultad de Gobierno UDD. El encargado de moderar fue Rodrigo Arellano, vicedecano de la Facultad de Gobierno.

Benjamín Ugalde explicó que su libro “El octubre chileno: Reflexiones sobre democracia y libertad” surgió al calor de lo que estaba y sigue sucediendo desde mediados de octubre del año pasado. En su opinión es necesario separar la violencia ocurrida el 18 de octubre con la marcha del día 25, donde “se presentaban distintas demandas sociales no cumplidas: salarios, tratos injustos y dignidad (…) hay muchas aristas y causas que explican los acontecimientos, pero lo que gatilla es una demanda por el alza de los costos de la vida, siendo el fósforo que encendió todo el terreno”, dijo.

También agregó que ésta se trata de una crisis política que lleva más de diez años, pues surge en la primera elección de Sebastián Piñera, cuando la Concertación pierde la administración de un modelo que, a pesar de no haber creado, sí dirigió. A su juicio, una nueva Constitución sería la única forma de “reconfigurar el tablero”.

Garrido dijo que este momento solo hizo visible la violencia que siempre se ha vivido a nivel micro, y discrepó con Ugalde de que el “terreno” fuese la crisis política, sino que “el crecimiento de grupos invisibilizados con altos niveles de malestar y la percepción de desigualdad”. Recalcó que se debe aislar la violencia de grupos anarquistas que no tiene relación con lo político.

Con respecto al mea culpa del Gobierno, González aseguró que -en general- hay una intolerancia de la izquierda a la alternancia del poder, ya que el presidente Piñera ha tenido “estallidos” en ambos mandatos. “Lo que me cuesta entender es lo rápido que se compartieron los diagnósticos luego de los ataques al metro en vez de defender la democracia, sumándose así a una queja del modelo”, analizó.

En relación al acuerdo por la paz y a la nueva Constitución, Garrido afirmó que hay una gran desinformación y que se desconoce la historia constitucional de Chile, agregando que “la discusión constituyente no soluciona temas sociales ni materiales, sino que es de régimen político e incluso hay un serio problema de representación”.

Finalmente, todos los panelistas coincidieron en que el cambio constitucional no será una solución a las demandas sociales.

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