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Entre pinceles, cámaras y números

Cuando hablamos de cine, pintura y de la carrera de Ingeniería Comercial, son pocas las cosas que podemos encontrar en común. Sin embargo, hay un hombre que conoce bien de cerca estas tres áreas. Él es Andrés Waissbluth, actual director de la carrera de cine UDD, cineasta y director de distintas piezas audiovisuales como “Los Debutantes”, Ingeniero Comercial de profesión y pintor autodidacta que ha participado de exposiciones tanto a nivel nacional como internacional. 

Desde muy pequeño Waissbluth se interesó por la pintura, aunque el camino no fue fácil, señalando que “mi verdadero sueño infantil era ser pintor, pero pintaba pésimo. Era muy extraño porque pintaba realmente mal, o sea, sin técnica o con una técnica terrible, pero mi profesora de arte me ponía buenas notas, para la consternación de mis compañeros que pintaban bien, quienes no entendían. Mi profesora me decía que yo tenía talento artístico, aunque no tenía técnica, pero que eso no importaba porque se podía aprender, pero que yo tenía algo”. 

Con el paso de los años, si bien se enfrentó a rechazos, frustraciones y búsqueda de nuevos caminos, continuó explorando la manera de cómo canalizar sus ganas y amor por el arte, pero llegó el minuto en que decidió probar otras opciones fuera de esta área. “Yo era buen alumno y tenía buenas notas en matemáticas y en historia, por lo que pensé en buscar algo por ese lado. Así entré a estudiar Ingeniería Comercial. Pensaba que estudiando esa carrera podía llegar a ser economista y como la política me gusta y me interesa mucho, lo vi como una buena opción. Además, mi familia es muy política y estudiar economía era una forma de estudiarla también”, relata. 

Sin embargo, al poco tiempo  Waissbluth se sentía desmotivado con su carrera y decidió ir a estudiar cine a Cuba. Pero al volver a Chile, se encontró nuevamente con el obstáculo de que las oportunidades para desarrollarse en el mundo cinematográfico eran muy pocas. “Era difícil encontrar trabajo como cineasta, entonces terminé mi carrera de Ingeniería Comercial. En los veranos conseguía distintos trabajos haciendo largometrajes como asistente de producción y productor”, explica. Al titularse de ingeniero, comenzó a postular a fondos para realizar sus proyectos y seguir con su carrera de cineasta. Con eso logró hacer sus películas. 

Andrés Wissbluth ha participado y realizado distintas piezas audiovisuales, entre ellas se encuentran los cortos “Amén” y “Suburbios”; los documentales “El príncipe Carlos” y “18 en el parque”; y los reconocidos largometrajes como “Los debutantes”, “199 recetas para ser feliz” y “Un caballo llamado Elefante”. 

VOLVIENDO A LAS PINTURAS

“Después de mi separación me reencontré con una polola que tuve en mi infancia. Ella era una de las personas que decía que yo tenía talento artístico. Me regaló óleos y pintura y me volví a conectar con este mundo del arte”, relata sobre la vuelta al mundo de las pinturas. 

¿Cómo fue ese momento de volver a pintar?

Cuando me senté y empecé a hacerlo, fue un cambio tremendo, era como si supiera pintar, había mejorado muchísimo. Seguía sin tener esa técnica que me faltaba, pero tenía ojo y, ahora también, tenía seguridad artística que no había podido desarrollar antes de hacer las películas.

¿Fue ahí donde hiciste tu primera exposición?

Sí, la hice con los cuadros que había pintado en ese periodo. Me fue bien y empecé a vender. Ahí fue cuando le interesó a una curadora internacional de pintura. Después de eso participé tres veces en una exposición internacional en el Gran Palé en París, hice otras exposiciones en Santiago y en 12 años que llevo pintando, he hecho varias exposiciones y me ha ido bien con eso. He encontrado la forma de ser cineasta y pintor al mismo tiempo. 

Has podido vivir tus expresiones artísticas a través del cine y la pintura entonces…

Sí, es que el arte es una necesidad expresiva que se puede canalizar de distintas formas y uno va encontrando materialidades y posibilidades. No creo mucho en la separación de las artes, creo que los límites entre las expresiones artísticas se están difuminando cada vez más. Yo tengo la suerte de que por el cine llegué a la pintura, pero podía haber sido al revés.  

Recientemente, Andrés Waissbluth expuso sus pinturas en el centro Gabriela Mistral (GAM). “Fue una bonita oportunidad, estoy súper contento porque la pandemia fue bien fuerte, donde hubo nuevamente un cambio en el lenguaje y tuve que encontrar mi lenguaje también. Esto de estar encerrado me hizo cambiar de formato y empecé a pintar más chico, pero pinté un montón. En dos años de encierro pinté unos 100 cuadros. Ahí fui encontrando temáticas y me enfoqué en lo viral”, concluye.