Hero Image

Noticias

Se solicita patente para dispositivo que ayuda al tratamiento de cicatrices

La Dirección de Transferencia Tecnológica de la Universidad del Desarrollo, iCono UDD, realizó una solicitud de patente para un dispositivo que permite medir la presión en las prendas compresivas utilizadas para el tratamiento de quemaduras (N° 202301920), un resultado proveniente de un exhaustivo trabajo de la Facultad de Ingeniería potenciado por el Programa de Apoyo al Desarrollo Tecnológico (PADT) de iCono UDD.

En Chile, cada año alrededor de 80 mil niños sufren quemaduras. Sin duda un dato preocupante, abordado por el centro de rehabilitación COANIQUEM, que cumple un papel clave en nuestro país para el tratamiento de este tipo de lesiones en niños, niñas y adolescentes. A pesar del intenso trabajo que realizan, desde la institución reafirman la necesidad de generar innovaciones que impacten en tratamientos efectivos para las quemaduras de diversos tipos.

“Queremos llegar a todos los rincones del país y a todos los niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices. Ningún niño debe sufrir o ver afectado su futuro por ellas”, es el mensaje que ha transmitido Jorge Rojas Goldsack, presidente ejecutivo de COANIQUEM.

El Centro de Investigación en Tecnologías para la Sociedad de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo atendió este llamado y sus investigadores Andrés Cepeda, coordinador de nuevos materiales y sistemas de manufactura, y Felipe Roa, diseñador industrial, pusieron focos en las terapias compresivas, prendas que generan una determinada presión en las zonas quemadas de las personas y que actúan sobre los vasos sanguíneos, permitiendo que la cicatrización no empeore y evitando posibles riesgos.

Los tratamientos pueden durar desde semanas a meses, dependiendo de la gravedad de la cicatriz y del tiempo que el paciente usa la prenda. Actualmente, las consecuencias de no poder medir de forma precisa las presiones de las prendas, es que se producen presiones incómodas para los pacientes que dificulta que las usen durante el periodo indicado, lo que puede comprometer el tiempo de duración del tratamiento.

“En el taller de fabricación de compresas, utilizan telas de diferentes elasticidades, texturas y formas. Entonces, la gran pregunta que les surgió fue: ‘¿Cómo poder saber cuánta presión está produciendo una prenda antes de que la use el paciente?’. Y esa necesidad cuantitativa es la que propusimos resolver mediante un dispositivo”, comenta Andrés Cepeda, uno de los investigadores del proyecto.

“Hoy los expertos que fabrican las prendas se basan en su experiencia al momento de diseñar y confeccionar una prenda, pero necesitan tener más confianza y control sobre lo que fabrican. Sabiendo en detalle la presión que ejercen, se asegurarán de estar dentro de los rangos en que el tratamiento es efectivo, disminuyendo tiempo de uso y aumentando la comodidad, ya que no te excedes con la presión”, señala el inventor.  

Cepeda relata que cuando se trata de niños o bebés, suele pasar que los técnicos tienden a usar telas más suaves para no apretarlos mucho, sin embargo, al mismo tiempo corren el riesgo de que quede demasiado suelto y el tratamiento no sea efectivo. “Son sutilezas de suma importancia”, concluyó.

Así, crearon una especie de maniquí que tiene un material que simula lo blando del cuerpo humano. Comenzaron con la imitación de un brazo, al cual se le instalaron sensores de presión colocados casi en su superficie, muy cerca de la prenda, donde solo hay una piel que separa. Estos sensores distribuidos en el brazo mandan la información a un procesador interno, el “cerebro” que envía los datos a una pantalla.

En otros países existen dispositivos similares, sin embargo, los maniquís (bancos de prueba) suelen ser enormes, poco prácticos, sumamente costosos y con procesos distintos. Por esto, los investigadores del C+ agregaron además el valor de la portabilidad y flexibilidad. 

La incorporación total de esta tecnología a COANIQUEM aún está proceso de validación, sin embargo, desde su experiencia de la institución apoyan el gran potencial de esta herramienta, lo que se sustenta con abundantes estudios que confirman su eficiencia.

En cuanto a su proyección, este tratamiento no solo se puede utilizar para quemaduras, sino que también en varios tipos de cicatrices y pacientes, como adultos o deportistas, entre otros casos.