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Alumni de Psicología ayuda a mejorar el bienestar de las mascotas “perrunas” 

Conseguir el bienestar de los perros y saber cómo estas mascotas aprenden distintas cosas, fueron las principales razones por las que Valentina Osorio, alumni de Psicología de la Universidad del Desarrollo, decidió dividir su tiempo como freelance en su profesión y como educadora canina. «Siempre me ha apasionado el mundo perruno, desde mi infancia he tenido perros, y el tema me interesa muchísimo», así explica Valentina el por qué decidió dedicar parte de su tiempo a mejorar el comportamiento y habilidades de los canes. 

Durante el 2021, la psicóloga comenzó a pasear a un perro de raza Golden, “era grande y también juguetón, entonces cuando salía con él, me di cuenta de que tenía muchas necesidades, desde el lado del bienestar porque quería olfatear todo, ir a saludar a todos los perros y a la gente, tenía un alto nivel de energía”, agregando que existe “mucha desinformación al respecto de cómo deben ser educados los perritos”. 

Su experiencia con estos animales le brindó una perspectiva única sobre la relación que se da entre los dueños y sus mascotas, percatándose de la importancia de una educación basada en el respeto mutuo y la comunicación efectiva. Así, en el año 2022, decidió hacer un curso certificado para iniciarse en el camino de la educación canina. 

Su trabajo se basa en explicarle a los tutores qué piensan sus perros, por qué hacen lo que hacen, por qué se revuelcan de tal forma, por qué se sientan de tal manera o por qué ladran. En este sentido, Osorio agrega que hay varias cosas que son analizables en los perros como la ansiedad por separación, reacciones a ciertos estímulos, miedos o fobias. “Existen un montón de temas que están ligados a la base de las emociones. Al final, estas sensaciones se pueden gestionar al igual que lo hacen los seres humanos”, destaca. 

“Si en verdad uno hace un análisis desde la ciencia o de estudios más modernos, y cada uno se pone a pensar cómo fueron educados todos los perros, se puede ver todos los errores que se cometieron”, enfatiza, poniendo como ejemplo que, si un perro aprendió por medio de castigos a hacer pipí en el lugar que corresponde, «eso finalmente le deja un cierto problema emocional. Es un daño para ellos porque está comprobado que los animales también sienten y tienen emociones”, argumenta la titulada de Psicología UDD en 2018. 

Al momento de ser consultada sobre las herramientas que se pueden obtener de la mezcla entre la psicología y la educación canina, Osorio responde que “es súper bonito entender cómo funciona el reino animal y cómo eso también puede apoyar a nivel terapéutico. Hay muchos niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, que han logrado sanar de alguna forma o sentirse más seguros de sí mismos, desarrollando ciertas habilidades que obtienen gracias a los animales. Por otro lado, esos animales también mejoran su nivel físico y emocional. El vínculo que se da entre dos especies es muy hermoso”, poniendo como ejemplo que se reduce el estrés, la ansiedad y la frecuencia cardíaca. 

La psicóloga cuenta que cuando el dueño o dueña de la mascota se contacta con ella, pide que le informe detalladamente qué es lo que ocurre con la mascota, qué quiere lograr, y otros datos como si fue adoptado o no, a los cuántos meses, entre otros. En base a lo anterior, ella elabora un programa con una cantidad de clases y tareas que se deben cumplir dependiendo de cómo avanza el plan. Una parte importante del trabajo que hace Valentina es que ella entrega las herramientas y la teoría de cómo hacer las cosas. Sin embargo, existen algunos casos donde lo más complejo es enseñar y convencer a los dueños que tienen que dedicarles tiempo a sus perros, para que de esa manera puedan mejorar el problema que tienen. 

Valentina Osorio siente una responsabilidad pública con su rol de educadora canina y de las cosas que se pueden hacer en el futuro. «Me enamoré de esta profesión ligada a los perros. Mi deseo es que en el futuro sea más reconocida y accesible. Imagino un escenario en el que los psicólogos puedan especializarse y contribuir a esta área, participando activamente en políticas públicas y contribuyendo a la mejora de la legislación sobre la detención responsable en los municipios», concluye.