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La búsqueda global de la innovación colaborativa de la Universidad del Desarrollo

La Universidad recientemente se unió a la comunidad UIIN para conectarse y aprender de instituciones con ideas afines a nivel mundial.

Lauren Kroemer-Papa de UIIN entrevistó a María José Morgado, Directora Adjunta de Participación de la Industria en I+D, y Mariluz Soto, Investigadora Docente, para conocer los objetivos, éxitos y desafíos de la UDD para fomentar la innovación a través del compromiso entre la universidad y la industria.

¿Cuáles son sus objetivos institucionales en términos de compromiso universidad-industria?

Tenemos un lema en nuestra universidad que es Innovación e Impacto en la Sociedad. Este lema tiene como objetivo inspirar las acciones de nuestros estudiantes, académicos e investigadores de la Universidad para adquirir el conocimiento y la experiencia que necesitan para abordar los problemas sociales con soluciones innovadoras y convertirse en agentes de cambio. Somos una universidad pequeña pero lo que nos diferencia de otras universidades es que somos una universidad emprendedora. Colaboramos con la industria y la sociedad y nos esforzamos por generar impacto en diferentes áreas: en la investigación, en la responsabilidad pública y para nuestros estudiantes.

¿Cuáles son sus razones para unirse a la comunidad UIIN?

DEBEMOS AVANZAR NO SÓLO EN PRODUCIR CIENCIA SINO TAMBIÉN EN ASEGURAR QUE EL CONOCIMIENTO GENERADO SE TRANSFIERA AL DESARROLLO DE TECNOLOGÍAS E INNOVACIONES QUE MEJOREN EL BIENESTAR DE LOS INDIVIDUOS Y DE LA POBLACIÓN EN SU CONJUNTO.
Sergio Hernández Ollarzú, Vicerrector de Investigación y Doctorado UDD

Nos unimos a la comunidad UIIN porque queremos acceder a las mejores prácticas en todo el mundo que podamos ajustar a nuestra realidad. En Chile siento que estamos rezagados en términos de transferencia de tecnología y, en general, en América Latina la cultura de colaboración con la industria no está tan desarrollada como en Europa. En la comunidad UIIN vemos algunas universidades similares a nosotros; son técnicos y emprendedores, y queremos aprender de ellos. De esta forma podemos evitar crear una nueva metodología desde cero o reinventar la rueda. Queremos saber cómo otros lograron los objetivos por los que nos esforzamos, queremos implementar métodos probados que hayan sido beneficiosos para otras universidades y queremos colaborar.

¿Qué está impulsando a su universidad a volverse más emprendedora?

El gobierno quiere que innovemos, por lo que existe una creciente necesidad de invertir en I+D en el papel, pero el presupuesto otorgado a las universidades chilenas para I+D es mucho menor que en Europa, por lo que en realidad no sucede tanto como lo desearíamos. querer.

Hay cierta resistencia al cambio en la universidad hacia este modo más emprendedor, pero por otro lado tenemos una comunidad internacional en crecimiento en nuestra universidad, ya que muchos de los investigadores han estudiado en otros países y han construido una red internacional con la que quieren continuar. para colaborar con. Y como trabajamos con universidades de todo el mundo, tenemos que estar al mismo nivel que ellas para ser socios valiosos.

Nuestra institución también es muy ágil en la forma de adaptarse a las cambiantes tendencias globales. Por ejemplo, en los últimos seis meses hemos creado nuevas vías profesionales que se centran en el conocimiento, la información y los datos, y estamos introduciendo cómo trabajar eficazmente con herramientas como Chat GPT en nuestras vías profesionales existentes. Respondemos y cambiamos dependiendo de cómo se mueve el mundo y de lo que necesita. Y continuamente buscamos cómo innovar y mejorar las cosas.

¿Puedes compartir con nosotros algunas de tus historias de éxito institucional?

En 2016, la universidad se asoció con Telefónica, su socio industrial, y reunió recursos para crear un instituto de excelencia. Esta colaboración culminó con la creación del Data Science Institute. El Instituto representa un gran éxito para la universidad ya que no solo hemos desarrollado la infraestructura física del centro sino que ahora también contamos con una combinación de profesionales (científicos de datos) e investigadores que colaboran en el centro. Los profesionales e investigadores trabajan juntos en colaboración en desafíos, aprovechando sus diferentes fortalezas y áreas de especialización. El éxito de este centro también ha contribuido a una cultura más amplia de colaboración en la universidad.

Otro éxito institucional de la Universidad es la creación del Centro de Diseño de Experiencias y Servicios (Centre DES). El objetivo principal del centro es crear nuevas experiencias de servicio con un enfoque en la empatía y el lado emocional del servicio. El centro también pone énfasis en la creación de prototipos.

En cuanto a la creación de prototipos, tenemos un laboratorio, Lab DES, inaugurado en noviembre, que forma parte de una red internacional. El objetivo del laboratorio es reunir a diferentes actores para que trabajen juntos en la simulación o pilotaje de servicios en un espacio controlado. A través de este prototipado podemos implementar pequeños y grandes cambios para mejorar nuestros servicios. Dado que el laboratorio es parte de una red internacional, compartimos todas las experiencias y aprendizajes con otros investigadores en diferentes partes del mundo.

Ahora estamos trabajando junto con una editorial para crear un libro sobre la experiencia de adoptar este modelo de laboratorio en diferentes partes del mundo, mostrando diferentes casos, colaboraciones con empresas y proyectos de investigación.

Además de esto, la universidad, cuenta con un mecanismo de cofinanciamiento que se realiza entre la universidad y empresas externas, ambas aportando un aporte 50:50. De esta manera, ambas partes contribuyen al proyecto y ambas tienen que trabajar juntas para aplicar la investigación para resolver un problema que experimenta la empresa.

¿Qué desafíos encontró al implementar estas iniciativas?

Una de las principales dificultades a las que nos enfrentamos al desarrollar estas iniciativas fue cómo los académicos y los profesionales de la industria se comunican y pueden llegar a entenderse entre sí. A veces es como si hablaran idiomas diferentes. Por ejemplo, cuando la industria acude a los académicos con un problema, el académico podría responder con un artículo, pero no es así como la industria desea recibir su información. Además, la industria y el mundo académico trabajan en plazos diferentes: la industria quiere ver resultados de inmediato, mientras que el mundo académico tarda más en producir resultados.

Como universidad tenemos un compromiso con la investigación y la creación de conocimiento, pero al trabajar con la industria también tenemos que pensar en cómo flexibilizar ese conocimiento y cómo transferirlo mejor a la sociedad. Es un trabajo realmente interesante, afrontar juntos el mismo reto desde diferentes lados pero con el mismo objetivo y bajo el mismo nombre.